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sábado, 23 de mayo de 2020

Reencarné como una piedra - v1 - capítulo 16


16 - De nuevo en la civilización

Conseguimos colarnos en la ciudad con bastante facilidad. Puesto que no queríamos llamar la atención nos escondimos hasta que salió el sol. No tardamos en empezar a ver gente saliendo de sus casas.

«Vaya ciudad más extraña.»

No estaba muy familiarizado con las ciudades medievales. Esa era la primera que veía a excepción de las de los juegos y no se parecía en lo más mínimo. Para empezar, la muralla no daba directamente a la ciudad, sino a una zona más parecida a campos de cultivo y casas humildes. Pasados los campos, en la lejanía, se podía ver otra muralla más alta.

No me esperaba esto de las múltiples murallas. Tendremos que apañárnoslas para pasar por todas.

—Maestro, ¿por qué hay varias murallas?

Pues… Es posible que sea por si atacan hombres desnudos de más de cinco metros. Si logran pasar la primera tienen otra capaz de defenderlos.

—Entendido. Pensé que la primera sería para evitar que atacaran los campos.

… Sí, a eso mismo me refería...

En realidad tenía más lógica... En un mundo en el que los monstruos peligrosos atacan constantemente a los humanos, una primera defensa para la fuente principal de alimento era más que necesaria…

Un gran canal pasaba por debajo la muralla y luego se dividía en otros más pequeños, cruzando los campos. El grande seguía hasta la otra muralla. Por lo que había visto, una  reja impedía el paso de gran parte de criaturas, pero no era lo suficiente grande para bloquear alguna de mi tamaño.

«Lo tienen bastante bien montado, aunque no es perfecto.»

Empezamos a recorrer la zona agrícola. El mapa se fue dibujando a nuestro paso. Quizás terminaría haciendo un mapa completamente detallado de los caminos de la ciudad. A causa de mi curiosidad terminamos recorriendo los campos para rellenar los espacios en blanco.

«Definitivamente esta ciudad es bastante grande. Esto es solo la parte agrícola y ya es impresionantemente extensa.»

Los campos ya se habían llenado completamente de agricultores. Todos parecían ser humanos, cosa que me hizo preguntarme si era el típico mundo en el que se discrimina por raza.


«¡Pero que débil!»

Me imaginaba que los humanos serían más débiles que los monstruos, pero esto era exageradísimo. Incluso yo era más fuerte… Bueno, pensándolo bien... quizás no...

«Raza Brifviano, ¿eh? ¿Qué es eso?»

[Raza humana perteneciente al continente de Brifvia.]

«Ya veo… Bueno, al menos ya sé en qué continente me encuentro. Lo siguiente es saber qué ciudad y país es este.»

Aún diciendo eso, no quería tener gran contacto con la gente. Existía la posibilidad de que se dieran cuenta de que Limy era un limo. No correría ese riesgo tontamente.

Sigamos adelante. Quiero terminar de ver un poco más de la zona agrícola antes de ir a la siguiente zona.

—Entendido, maestro.

—Niña, ¿eres de por aquí?

Sin embargo, en el momento en el que empezamos a andar de nuevo ese mismo hombre nos llamó...

—No, he llegado ahora mismo.

… y la limo idiota contestó justo lo que justamente no quería que soltara.

—Lo suponía. Eres la primera niña con el pelo azul que veo. ¿De dónde vienes?

—De mi maestro.

—¿Ah?

¡Mierda Limy! ¡Solo dile que no lo sabes! ¡Qué fuiste criada en las montañas o algo así!

—Maestro dice que fui creada en las montañas o algo así.

¡Criada, criada, no creada!

—Ya...ya... ya veo…

—Me equivoqué, maestro dice que criada, no creada.

¡Pero no lo digas exactamente como lo dije yo!

—Y dime, ¿dónde está ese maestro tuyo?

—Aquí.

Limy se señaló el pecho, justo donde físicamente me encontraba yo.

¡A este ritmo me vas a matar de un infarto!

Pero maestro, no tienes corazón. No puedes morir por eso.

«Renuncio a intentar hacerle entender lo que son las expresiones y formas de hablar a esta limo literalmente sin cerebro…»

—Vaya, entonces estás completamente sola en la ciudad. Y por la ropa que llevas imagino que no tienes absolutamente nada… Lo siento mucho.

¡Di que sí!

Por suerte lo malinterpretó. Temiendo lo peor salté a intentar guiar las palabras de esta estúpida comehombres.

—Maestro dice que sí.

¡Pero no digas la parte de maestro! ¡Sí y solamente sí!

No lo conseguí...

—Toma. Se que no es mucho, pero no puedo ayudar en nada más.

Se alejó un instante y regresó con lo que parecía ser una bolsa con comida.

Maestro, ¿me lo puedo comer?

Limy se quedó mirando fijamente lo que sería su siguiente comida...

¡No y definitivamente no!

… o en otras palabras, a ese hombre.

«Recorrer esta ciudad será más difícil que superar esa mazmorra… Siento como la resistencia a la demencia está por subir de nuevo...»

Nuestro primer encuentro con un ser humano decente terminó sin incidentes de milagro… ¡sobre todo teniendo en cuenta que esta idiota se tragó la bolsa entera nada más se alejó un poco de ese hombre! ¡Y cuando digo entera es literalmente entera!

«Necesito explicar detalladamente cómo debe comportarse dentro de la ciudad… o estamos muertos.»

Terminado nuestro tour por los campos nos dirigimos a la entrada de la otra muralla. Un par de soldados hacían guardia con una cara de aburrimiento increíble. Ni siquiera se molestaban en disimular.

La gente entraba y salía sin ser siquiera inspeccionada, cosa que me alegró bastante. Entramos siguiendo la corriente, esperando no tener ningún problema.

—Otro pordiosero entrando en la ciudad... Que asco.

—No deberían permitirlo.

Ambos guardias hablaron descaradamente para que los escucháramos. Aunque fue terriblemente desagradable no hicieron nada más que eso, hasta desviaron la mirada para no ver a Limy.



«No os preocupéis, voy a acordarme de vosotros… Tampoco me va a ser muy difícil… El idiota y el estúpido.»

La zona interna ya era como me imaginé que sería una ciudad de verdad. Una gran calle se extendía en línea recta con multitud de personas andando por ella. De tanto en tanto, un carruaje se podía ver dirección a la puerta y algún que otro en dirección opuesta.

«Ahhh, mi espíritu aventurero empieza a arder de nuevo.»

Sin pensarlo dos veces, nos adentramos en la ciudad hasta llegar a una zona que parecía ser de mayor categoría... tras la que otra maldita muralla bloqueaba el paso… Sin duda alguna allí se encontraba el barrio de los nobles o gente adinerada.

—Aparta pordiosera.

Otro retrasado, de mayor calibre al de los guardias, le dio un fuerte empujón a Limy y la apartó de su camino… Algo aún más desagradable que lo de los dos anteriores, puesto que le sobraba espacio para pasar.

—Por aquí solo molestas. Regresa a los suburbios.

Nada más ser empujada, otro hombre le dio una patada y la derribó. Le siguieron un montón de insultos y escupitajos de algún que otro transeúnte. A Limy no parecía importarle lo más mínimo, pero a mi me estaba ardiendo la sangre.

Vamos a alejarnos de esta muralla antes de que termine matando yo mismo a alguien.

No habíamos terminado de recorrer la ciudad, pero me era suficiente para entender más o menos la estructura. La parte sur era la más grande. Al tener el río al lado se colocaron ahí la gran mayoría de los campos, aunque probablemente toda la ciudad estaría rodeada igualmente.

Cruzada la segunda muralla empezaba el barrio pobre y, cuanto más te acercabas al centro, mayor era el nivel de vida. Tenía sentido, cuanto más al medio estás mayor protección. Puesto que el norte también parecía tenía mejor nivel de vida probablemente sería la zona comercial.

No obstante quedaba una parte importante de la ciudad que tampoco teníamos explorada, la sureste. Por como nos estaban empujando hacia allí deduje que eran los suburbios.

Decidí que lo mejor sería ir hacia esa zona temporalmente. Era desagradable y no me apetecía lo más mínimo, pero en ese momento lo prefería a ser el centro de atención. Quitando a los adinerados, que miraban hacia abajo a una niña vestida con ropa sucia, los pobres también se fijaban bastante en ella a causa de su cabello y ojos azules.

Imaginé que los colores extravagantes como el azul, verde, morado, y todo tipo de color poco natural sería normal en un mundo distinto… pero no, ningún humano tenía un color de pelo u ojos extravagante. Casi me extrañaba que nadie a parte del tal Tzari nos hubiera llamado la atención.

«Esto ha sido un error de cálculo bastante gordo.»

A causa de eso pensé que lo mejor sería ir al barrio más alejado de la mano de dios que pudiera encontrar. Allí por lo menos, aunque llamásemos la atención, el peligro sería menor… Por lo menos ese peligro… Sin duda habría otros.

No tardamos en llegar. Se notó al momento la diferencia en el nivel de vida de las personas. Las construcciones bajaron en calidad descaradamente, y más de una estaba deteriorada. Basura y animales desagradables corrían por las calles a sus anchas. Incluso una rata pasó a pocos centímetros del pie de Limy… y de ese mismo pie salieron unos tentáculos que se la tragaron…

Por lo que más quieras Limy, ¡deja de comerte todo lo que se te acerca! Y más importante, ¡no licues ningún miembro o parte mientras estemos en la ciudad!

Perdona, maestro. No lo haré de nuevo.

Probablemente no lo hacía del todo queriendo, eran sus instintos primarios de limo… Estos monstruos eran una masa de mocos sin inteligencia que se arrastraba devorando todo lo que encuentra a su paso, sin importarle siquiera si era una simple piedra… Lo puedo asegurar por experiencia propia… Que Limy fuera capaz de razonar como lo hacía ya la convertía en un monstruo bastante especial.

Seguimos adentrándonos en los suburbios sin poner mucho cuidado a nuestro alrededor. La gente de ese lugar nos ignoraba casi por completo. De tanto en tanto echaban una mirada curiosa a la niña de pelo azul, pero les parecía importar menos que su propia desgracia. Algunos incluso estaban peor vestidos que ella.

«Casi preferiría que este tipo de lugar tan común no hubiera existido.»

No pude evitar sentirme un poco afligido al ver como esta gente tenía que vivir su día a día, si es que eso se podía llamar vivir. No obstante, no tenía la fuerza ni la capacidad de hacer nada al respecto. Incluso en el mundo moderno hay gente en las mismas condiciones.

«Parece que hasta en un mundo con magia uno está condicionado por su estatus social. Por lo que he visto, los humanos parecen ser débiles… Probablemente no haya muchos que puedan aspirar a mejorar su vida incluso con la existencia de los estados, las habilidades y todo eso… Enfrentar monstruos puede ser un desafío bastante grande para ellos. Bastantes problemas tienen unicamente intentando sobrevivir.»

A causa de una mezcla de emociones y un falso sentimiento de seguridad por ser prácticamente ignorados bajamos demasiado la guardia. En el momento que pasamos por delante de un callejón, una red nos cayó encima y nos arrastró hacia dentro en menos de un segundo. La causa era un hombre con incluso peor pinta que los ladrones del día anterior… aunque el que me preocupaba más no era él.

—No me puedo creer que aún haya niños tan estúpidos como para adentrarse solos en este barrio.

Detrás suyo, un gordo se miraba a Limy mientras sonreía satisfecho. Estaba bien vestido y parecía ser adinerado. Todo apuntaba a que era un noble o algún comerciante exitoso.

—Pero mira que tenemos aquí, una niña con el pelo azul. Vaya hermosa mercancía. Sin duda podré conseguir bastante dinero al venderte.

Al terminar de hablar nos mostró una amplia y desagradable sonrisa de satisfacción.

Limy, a este te lo puedes comer… Es más, ¡cómetelo ahora mismo!

Maestro… no puedo moverme.

Pero si puedes pasar a través de esta red como si nada.

Mi cuerpo no responde.

Limy intentó moverse un poco, pero apenas pudo mover sus dedos.

—Es inútil resistirse. Esta red tiene el efecto de parálisis superior. No serás capaz de mover ni un músculo. Siquiera podrás hablar.

Entonces actuaré yo mismo… Mierda…

Y en el momento en que intenté moverme tampoco pude usar habilidades o magia.

[Parálisis superior te afecta.]

«¡A buenas horas! En serio… ¿hay alguien con peor suerte que yo?»

Y sin poder hacer absolutamente nada, ese hombre nos secuestró…

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