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lunes, 4 de enero de 2021

Reencarné como una piedra - v2 - Capítulo 10

10 - Preparaciones para...


El viejo y yo por fin nos habíamos reunido de nuevo. Estaba emocionado como un niño con un palo al pensar que por fin podría mejorar mis conocimientos de magia de una maldita vez. Y ese mismo día me dio la primera lección con unas alentadoras y reconfortantes palabras: antes de ponerme a enseñarte en serio necesito que subas tu clase al nivel 5.


Por mucho que insistí y amenacé tentacularmente a la elfa pervertida para que le dejara quedarse en su casa no lo conseguí. El mismo viejo dijo que ya tenía donde quedarse y que se dedicaría a visitar la ciudad y a sus conocidos. Así que por el momento no podía hacer más que resignarme y seguir sus instrucciones.


Temprano por la mañana, Aeldrya y Limy se habían marchado al gremio de aventureros a sus tareas diarias. Al final únicamente quedamos en la casa Dabla y yo.


«Arg, hoy va a ser un día aburrido…»


Si algo detestaba con toda mi alma, era grindear… Y dentro de casa no es que pudiera hacer mucho tampoco. Al final decidí que sería más útil salir de la ciudad. Por mala suerte…


—Amo, yo también voy.


Dabla no dudó en apuntarse. Bueno, sin ella tampoco es que pudiera ir rodando por ahí como si no pasara nada. Una de dos, o terminaría yo mal o causaría la inauguración del primer centro psiquiátrico de Cerbalón.


Decidimos el destino rápidamente. Puesto que necesitaba ponerme a lanzar magias sin parar, el mejor sitio sin duda sería la parte sur. El incendio del norte seguía fresco en la mente de los ciudadanos, así que lo mejor era practicar cerca del río. Puesto que la diablilla también quería echar un vistazo al exterior sería matar dos pájaros de un tiro…


—¿Qué hace una niña saliendo sola de la ciudad?


—¿Probablemente sea estúpida y se haya equivocado de camino.


Por mala suerte al intentar salir por la puerta sur uno no podía evitar cruzarse con los tontos de la puerta sur. Ese par de guardias descerebrados empezaron a reírse de Dabla nada más verla. Fue bastante obvio que esos comentarios no le sentaron muy bien a la diablilla, ya que se paró en seco y se los quedó mirando con los ojos entrecerrados y una sonrisa malévola. 


—Encontré un buen par de juguetes nuevos —susurró Dabla.


En ese momento ambos se fijaron en que me estaba cargando. Su reacción…


—¿Qué hace con una piedra?


—Déjala Diot, es una niña estúpida. Su cerebro debe ser igual de minúsculo que ella.


—Esta piedra es más grande que la suma del triple del tamaño de vuestros cerebros al cuadrado —les respondió la diablilla.


Ambos se callaron de golpe. Su rostro era como si a sus cerebros les hubiera saltado una pantalla azul. Después de como dos minutos procesando, por fin consiguieron reiniciar el sistema, aunque su cerebro parecía seguir sobrecalentado.


—¿Qué nos acaba de decir? —preguntó Diot.


—He dicho que tenéis el coeficiente intelectual de una piedra.


Ambos se miraron el uno al otro… y empezaron a reír como el par de idiotas que eran.


—¿La escuchaste Tupid? Esta niña es más tonta de lo que pensé.


—Es verdad, muy tonta. Niña, las piedras no tienen coeficiente intelectual.


Esta vez fue Dabla la que se quedó colgada al escuchar su respuesta. Su boca quedó entreabierta con una deformada mueca que dejaba ver claramente uno de sus puntiagudos caninos.


—Mira, se sorprendió tanto al enterarse que ni es capaz de hablar.


—Pobrecilla, por fin entendió lo tonta que es.


—Cambio de opinión, estos juguetes están completamente rotos —murmuró Dabla antes de retomar el camino.    


Finalmente conseguimos alejarnos de la ciudad. No había nadie alrededor, así que por fin podíamos volver a la normalidad.


—Este parece un buen lugar.


Me quedé completamente callado.


—Amo, ¿por qué no dice nada?


—Las piedras no tenemos coeficiente intelectual —respondí de mala gana.


—¿Ah, se enfadó por eso?


—No… por supuesto que no…


—Ja, ja, ja, vamos, no lo decía por usted. Simplemente es que ese par eran… No sé ni como llamarlos… ¡Diga algo!   


«Las piedras no hablan, ¿no es así Helpy?»   


[Las piedras no preguntan.]


«¡Me cago en vosotras dos! ¿Qué te pasa a ti ahora? ¿También te molesta Dabla? Bueno… no puedo culparte por eso… Lo raro sería encontrar a alguien a quién no le moleste Dabla.» 


Dejé a Dabla a su bola mientras me acercaba al río. No solo tenía que subir al nivel 5 la clase, sino que debía entender exactamente las ventajas y desventajas.


Las desventajas eran claras. Los aumentos en estadísticas como fuerza o agilidad no aumentaban. La imagen que a uno le venía a la mente al pensar en mago era a un tipo escuálido con un bastón y una túnica… pero por alguna razón a mi me vino a la mente la imagen de Iosu lanzando un hechizo explosivo y girándose al mismo tiempo que se arrancaba la camisa y posaba como culturista con la explosión detrás.


«Esto me va a causar un trauma…»


Dispersé la terrorífica escena de mi mente y me puse a lanzar magias sin parar. No tenía claras todas las ventajas, pero por el momento las más obvias eran la capacidad de usar los cuatro elementos básicos sin necesidad de conocer exactamente cómo funcionaban y la habilidad para analizar directamente la magia, aunque por el momento no había sido capaz de analizar todas y cada una de las magias con la que me había cruzado. Probablemente era porque el nivel de mi clase era demasiado bajo. Probablemente por eso el viejo quería que lo subiera antes de empezar a enseñarme en serio.


Durante lo que parecieron ser tres largas horas me la pasé lanzando bolas de fuego al río hasta agotar mi mana y esperar a que se recargara para volver a repetir el ciclo con otro elemento una y otra vez hasta que finalmente…


[La clase Mago ha subido al nivel 5.]

[Habilidad especial adquirida: Potenciar magia (Lvl -1).]


«Anda, ¿qué es esto?»


[Potenciar magia: Aumenta la fuerza al lanzar un hechizo a costa de mana extra.


Aumento: 2 * nivel habilidad | Coste: Coste hechizo * nivel habilidad.]


«Ya veo… un chute de poder… Interesante. Supongo que esto es otro motivo por el que el viejo quería que subiera al nivel 5.»  


Con el objetivo cumplido, volví con Dabla. Lo que me encontré fue a una pequeña niña recogiendo alegremente flores por el campo alegremente.


—¿Qué estás haciendo?


—¡Oh!, amo. Estaba recolectando algunas plantas que podrían ser útiles.  


La Diablilla había acumulado todo tipo de plantas durante ese rato. Un montón de hierbajos estaban separados y clasificados a su lado. Para mí no eran más que simples hierbas, pero según ella, hasta el césped más común puede ser usado para algo si sabes cómo. Yo no lo tenía tan claro, así que me dediqué un rato a analizar las plantas. Al principio todo eran descripciones vagas, como el nombre de la planta y dónde crecía, pero pasó algo que no me esperaba…


[Habilidad Ayuda ha subido al nivel 5: Ahora es posible obtener información básica avanzada.]


Helpy por fin subió de nivel después de mucho tiempo de letargo. La información que empezó a dar a partir de ese momento fueron cosas como…


[Grama maldita: Un tipo de hierba común en la pradera con pequeñas propiedades venenosas.]


[Festuca malva: Hierba común en la pradera con pequeñas propiedades narcóticas.]


[Adelfa loca: Flor común de campo con moderadas propiedades neurotóxicas.]


[Kargrotifoste: Pequeño hongo que crece en la sombra de la hierba alta. Es comestible e inocuo, pero a veces es usado en la fabricación de narcóticos poco potentes.]


—¡¿Pero qué mierda estás recogiendo?! —grité al ver las propiedades de los hierbajos.


—¡Amo, ¿qué le ha dado de golpe?!


—¡Estás recogiendo nada más que plantas venenosas! ¡¿Acaso pretendes asesinar a alguien?!


—Ah, eso. Por supuesto que no, ja, ja, ja. ¿No sabe que los venenos también pueden usarse como medicamento? Un veneno puede matar o salvar una vida. Es lo mismo con estas plantas, dependiendo de como se usen pueden tener efectos completamente distintos.


—Bueno… supongo que eso es verdad…


—Además, las toxinas de estas plantas son tan débiles que incluso si una persona se comiera todas las que hay a nuestro alrededor sufriría más por el dolor de estómago que por el veneno.


—Ya veo… aún así siento que algo no cuadra…


La diablilla siguió recogiendo plantas venenosas durante un rato, pero de golpe vimos un enorme animal parecido a un oso de color azul chillon, cubierto de puas, caminando cerca. Al verlo, la cara de Dabla se iluminó.


—Amo, nos ha tocado el premio gordo.


Inspeccioné a ese raro monstruo al momento.


[Afrokoval: Monstruo poco común recubierto por escamas puntiagudas duras como el acero. Sus garras contienen una toxina paralizante de alta potencia y duración.]


Estado:

Nombre:

Especie: Afrokoval | Raza: — 

Nivel: 12 | Grado 3

PS: 2996/2996 | PM: 1353/1353

Estadísticas:

Vitalidad: 589 | Fuerza: 498 | Agilidad: 367 

Intelecto: 246 | Poder mágico: 124

Habilidades:

  • Carga veloz: 3

  • Corte: 4

  • Rugido aterrador: 2

  • Sentir peligro: 2

_________________________


Me sorprendí al ver que era capaz de ver sus habilidades. Las mejoras de nivel de Helpy siempre eran bastante útiles… aunque su carácter parecía empeorar cada vez…


—Joder, esta especie de oso armadillo puerco espín es fuerte… ¿Cómo llamas a esto premio gordo?


—Ja, ja, ja, no se preocupe, amo, simplemente es grande y tiene mucha fuerza. En realidad es un enemigo fácil de vencer, pero no lo hagamos trizas, quiero sus materiales. Aunque no sé cómo los transportaremos.


—Supongo que eso se lo podemos dejar a Limy.


Limy, ¿puedes venir donde estoy?


Claro maestro.


Después de decirle nuestra posición a Limy nos dirigimos hacia ese monstruo. Al notar que nos acercabamos reaccionó de forma extraña. Medía como tres metros de altura, pero al ver a Dabla que apenas llegaba al metro empezó a actuar con precaución y hasta parecía estar asustado. Probablemente era cosa de esa habilidad llamada “Sentir peligro”. Aunque su estado sobrepasaba de lejos al de dabla, su nivel era inferior. 


—No irás a escapar ahora, ¿verdad? —le preguntó Dabla al monstruo.


La reacción del monstruo al final fue la contraria a escapar. Se lanzó directamente hacia nosotros. Yo me preparé para atacar, pero antes de poder hacer nada, la sombra de Dabla se levantó del mismo modo que lo hizo el día que la invoqué y bloqueó al Afrokoval con bastante facilidad.


—Esta sombra es realmente útil.


—Sí, pero solo valdrá para ganar tiempo. Me gustaría enfrentarlo sin dañarlo mucho. Amo, ¿se ve capaz de inmovilizarlo durante un momento?


—Mmmm, creo que puedo hacer algo si consigo pegarme a él. ¿Puedes atarme a su espalda?


Dabla asintió con una sonrisa diabólica. Rodeé al monstruo y salté justo a su espalda. En el momento en que me subí encima suyo la sombra de dabla se esfumó, pero en apenas un segundo otras sombras la sustituyeron para crear unas cuerdas alrededor mío y me ataron al Afrokoval. No perdí el tiempo y empecé a parasitar.


—¡No hay mejor habilidad que esta para matar algo sin dañarlo mucho!


El monstruo intentó sacarme de encima con sus patas, pero sus patas no conseguían alcanzar su espalda. La forma como se movía era idéntica a la de un oso con pinchos bailando como una bailarina profesional ida de olla.


—Ja, ja, ja, amo, esto es muy gracioso.


Y como no, la diablilla se estaba partiendo el culo… De todos modos el Afrokoval no era tan tonto como parecía. Al darse cuenta que no podía alcanzarme decidió lanzarse de espalda contra el suelo en un intento de aplastarme.


«¡Mierda!»


El sonido de algo pesado golpeando contra el suelo resonó por todo el prado.


—¡Ah! Amo, ¿está bien?


—Más o menos…


Pude apartar un poco la tierra y hacer un agujero antes de ser aplastado. Dabla aprovechó para cambiar las cadenas de sombras y lo ató directamente al suelo. Yo también me apunté y lo empecé a medio enterrar para que no pudiera moverse más. Aún así, el monstruo se retorcía y de tanto en tanto arrancaba las sombras y removía la tierra lo suficiente para liberarse.


—Matarlo con el parasitar va a tardar demasiado… 


—Bueno, de todos modos la cabeza no nos hace falta. Amo, solo manténgalo atado un momento.


—Eso es más fácil decirlo que hacerlo… 


Hice lo imposible por enterrarlo aún más, bloqueando al máximo su movimiento. Entonces, Dabla retiró sus cadenas de sombras y levantó su mano derecha, desde que un torrente de sombras se levantó más de cuatro metros.


«¿Qué mierda es esto?»   


La sonrisa diabólica de Dabla volvió a plasmarse en su cara justo antes de que moviera casualmente su mano. Las sombras que se habían levantado de su mano formaron algo parecido a una cuchilla que voló rápidamente hacia el Afrokoval, arrancándole la cabeza fácilmente al alcanzarlo.


[Has obtenido 450 de experiencia.]


—Listo. Amo, ve como no era para tanto —me sonrió la Diablilla. 


No supe como responder a eso… La fuerza de los demonios realmente parecía estar a otro nivel… 


Mientras esperábamos a Limy y Aeldrya nos dedicamos a desmantelar el cuerpo del monstruo. Terminamos justo a tiempo para ver llegar a esas dos. 


—Otra vez cazaste algo problemático —murmuró la piedra.


—Supongo…


Limy guardó los materiales y nos pusimos a regresar hacia la ciudad. La escena de Dabla arrancando la cabeza de ese enorme monstruo seguía viva en mi mente.


—Si la fuerza de un diablillo es así no quiero ni imaginarme como sería la de un rey demonio —dije sin pensar.


—¿Rey demonio? ¿Se refiere al inútil de mi padre? No es para tanto, ja, ja, ja.


Los pasos de Aeldrya se detuvieron de golpe. Yo también me paré en seco. Ambos nos giramos hacia Dabla al unísono.


—¡¿Qué acabas de decir?! —gritamos la elfa y yo a la vez.


—Maestro, ¿qué es un rey demonio?


—Esto… el demonio más fuerte de todos… ¿supongo?


—Un demonio a la par de un monstruo de grado 6 —murmuró Aeldrya.


La elfa no parecía dar crédito a lo que acababa de escuchar. Durante el resto del camino no quiso acercarse a menos de dos metros de Dabla. Y en el momento de entrar en la ciudad el ambiente se puso peor… hasta que llegamos a casa.


—Tu de verdad… —murmuró Aeldrya con una mueca de terror.  


—¿Ah, pero de verdad te creiste eso de mi padre? Soy una diablilla, no hay forma de que mi padre sea el rey demonio, ja, ja, ja.


Aeldrya decidió redecorar su casa con flechas clavadas por las paredes y el suelo...


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