Modo claro/ Modo oscuro

miércoles, 6 de mayo de 2020

Reencarné como una piedra - v1 - Capítulo 2

2 - Una piedra que quería ser mago


Hay que admitir que ser una piedra tenía sus pequeñas ventajas: no necesitaba comer, ni cagar o mear; tampoco dormir… ¡pero miles de desventajas! Al no ser capaz de hacer nada más pasé la noche contando las estrellas del cielo. Cuando ya llevaba más de diez mil me aburrí y empecé a desear con todas mis fuerzas que alguna de ellas se cayera del cielo justo encima mío.


Si los días seguían como ese primero terminaría completamente loco. Quería dejar de pensar y acabar con esa maldita tontería en la que se había vuelto mi existencia. Caer en un sueño eterno del que no hacía falta despertar... pero ni siquiera podía suicidarme.


Imaginé un suspiro… Sí, lo imaginé. Qué remedio, no podía soltar uno de verdad… Seguía sin aceptar de ningún modo la patética situación en la que me encontraba.


«¿Quién mierda reencarna en una piedra? Es más, ¿es eso siquiera posible? Aunque lo estoy viviendo en mi carne… En mi formación mineral… ¡Me cago en dios si existe! Vale… ya me he vuelto loco…»


La poca esperanza que me quedaba era la de pensar que podría despertar en cualquier momento y volver a mi vida cotidiana… Rompiendo piedras...


«¿Es esto una venganza por todas las piedras que hice explotar?»


Si esto era un sueño y conseguía despertar de este, no volvería a dañar una piedra nunca más.


«No, no, no, ¡tengo que poder hacer hacer algo incluso siendo una piedra!»


Entré en completa negación. No podía seguir como hasta el momento… ese cuerpo sin sentido debía tener alguna capacidad de la que no me había dado cuenta… la que fuera...


«¡Ah!, si este mundo tiene un sistema de estado como el de un juego quizás… ¡Estado!»


De nuevo apareció delante de mí esa pantalla de color azul transparente. Nada había cambiado lo más mínimo desde la anterior vez que la había visto. Todas las estadísticas a parte de los PS, PM, intelecto y poder mágico, eran cero. Normal para una piedra... supongo… En cuanto a los demás campos del estado, todo estaba vacío a excepción de la habilidad especial “Ayuda” y el título “Piedra pensante”.


«Ayuda, ¿eh? ¿Será una especie de tutorial? Veamos cómo enciendo esto… ¿Ayuda?»


Una nueva pantalla azul se abrió justo por delante de la del estado. Al mismo tiempo, una voz robótica se puso a decir exactamente lo mismo que se leía en ella.


[Ayuda: Habilidad especial que permite obtener información.


Lvl 1: Solo información general básica.]


«¿No dice nada más? Bueno... Entonces, si no lo he entendido mal, es como una especie de asistente personal, ¿no?»


Aunque la descripción era muy vaga, a simple vista parecía ser una habilidad útil. De todos modos, serían necesarias algunas pruebas concretas antes de poder asegurarme de su capacidad real. Para empezar, ¿qué era eso de “solo información general básica”?


«Vamos a ver si entiendo cómo funciona… Ayuda, ¿qué soy?»


[Una piedra.]


«Hey, lo pregunto en serio… Ayuda, ¿quién soy?»


[Una piedra.]


«Ok...»


Miré la hierba a mí alrededor.


«¿Qué es eso?»


[Hierba.]


«¡Vete a la mierda! ¡Ahhhhh!, es inútil…»


“Lvl 1: Solo información general básica”, ¡pero eso era demasiado básico! No necesitaba ninguna habilidad especial para darme cuenta de que una piedra era una piedra o que la hierba era hierba. Necesitaba algo más concreto, capaz de ayudarme de verdad.


Sin embargo, no podía perder la esperanza ni la fe en esa habilidad. Probablemente a niveles altos daría información realmente útil. De todos modos, como ponía ahí, estaba solo en el “Lvl 1”…


«¿Por qué pone “Lvl”? Antes sentí que me criticaba por llamar al estado “status”... ¿”Lvl” no son las siglas en inglés? Debería ser “nvl” o algo así… ¡Aaaaaaaa! ¡Eso no importa lo más mínimo! ¡Lo que importa es que ese nivel uno no vale absolutamente para nada!»


Para tener información más detallada tendría que encontrar la manera de subir de nivel la habilidad. ¿Subiría con el uso?


«¡Oh!, si es solo información básica hay algo que debe ser muy básico. Ayuda, dame información sobre el estado.»


[Estado: Representación numérica de los conocimientos, capacidades y logros de alguien.


Nombre: Tu nombre.

Especie: La especie a la que se pertenece.

Raza: Subdivisión de la especie.

Clases: Los diferentes caminos que uno ha decidido recorrer dependiendo su aptitud. Fortalecen el estado y permiten la adquisición de habilidades especiales o magias únicas de las clases obtenidas.


PS: Puntos de salud. Muestran el daño que ha recibido el cuerpo. Se reducen cuando uno es herido y aumentan conforme las heridas desaparecen. Si los PS caen hasta 0 llega la muerte.

PM: Puntos de maná. Son necesarios para usar magia o ciertas habilidades.


Vitalidad: Resistencia al daño y el aguante.

Fuerza: Capacidad de mover peso.

Agilidad: Facilidad de maniobrabilidad del cuerpo.

Intelecto: La velocidad de procesamiento mental.

Poder mágico: Capacidad mágica.


Resistencias: Las capacidades para soportar efectos adversos.


Habilidades: Las diferentes destrezas que uno ha adquirido. Se pueden obtener con dedicación.


Habilidades especiales: Habilidades que no pueden ser obtenidas simplemente con esfuerzo. Características propias de una especie, raza, adquisiciones por clase, o poderes conseguidos en situaciones únicas.


Títulos: Reconocimiento externo.]


«Tengo la impresión de que casi toda esta información es de sentido común y se puede deducir simplemente por el nombre… Como sea, es mejor que nada… O quizás no…»


Otra vez me imaginé un suspiró. ¿De verdad esa habilidad no me iba a contar nada realmente útil? Solo quedaba intentar una última cosa...


«Intentemos conseguir algo más concreto… Ayuda, ¿qué es ese título llamado “Piedra pensante”?»


[Un título por ser una piedra.]


«¡Gracias por recordarme todo el rato que soy una piedra!»


***


El tiempo siguió corriendo sin que yo consiguiera mucho avance. Me pasé un buen rato haciendo preguntas y terminé más o menos descubriendo sobre cuales cosas podría sacar información. Había entendido por completo las bases de mi estado, y este no me daba muchas opciones para cambiar mi situación.


«Mmmmm, ¿qué hago ahora?»


Moverme me era imposible. No solo era anatómica y fisiológicamente imposible por la falta de miembros para ello, sino que lo respaldaban unos magníficos ceros en las estadísticas dedicadas a esa función. Mi única opción era la magia. Sorprendentemente, mis capacidades en ese campo parecían ser… ¿altas?


«Oye Helpy, ¿mis estadísticas son altas?»


Me cansé de llamar Ayuda a la habilidad “Ayuda”, se me hacía terriblemente confuso, por eso le puse ese nombre. ¿Creéis que estoy loco? Pasad dos días en medio de la nada sin poder hablar con nadie ni moveros, al final desearéis a alguien con quien poder hablar, aunque sea una maldita voz en tu cabeza o un texto escrito en una pantalla transparente delante de tu cara… o lo que sea que tengas en ese momento por rostro.


[La mayoría de las estadísticas al nivel 1 de un ser de bajo grado suelen estar entre 3 y 10.]


«Bueno, pues supongo que realmente son altas... Pero si tenemos en cuenta que solo tengo dos… se podría decir que sumé todas en ese par. Entonces no son tan altas… Al contrario, son una auténtica basura. Y sobre lo del nivel, ¿por qué no tengo algo parecido a un nivel?»


[Eres una piedra.]


«Helpy, serás… En fin, nada que pueda hacer.»


Volviendo a lo que importaba. Si tenía maná y poder mágico, teóricamente debería poder usar magia. Como me dijeran que no sería capaz por ser una piedra me deprimiría mucho. Por suerte, no parecía ser así.


Lo primero que quería conseguir era moverme. Todo lo demás me importaba un bledo. Necesitaba por lo menos tener la esperanza de que no pasaría el resto de mi vida posado en medio de ese campo de hierbajos. Y eso teniendo en cuenta que tuviera una “vida”. Miedo me daba pensar que el tiempo pasaría, la tierra me cubriría, y terminaría enterrado o alguna cosa peor. No, no, y ¡no! ¡Me negaba con toda mi alma!


«Helpy, ¿existe algo parecido a telequinesis o volar?»


Eso fue lo primero que se me ocurrió para poder moverme. Si pudiera volar libremente por el cielo sería un sueño hecho realidad para cualquier hombre, aunque parecía algo difícil de conseguir. La telequinesis parecía algo más asequible. La cosa era que realmente existiera una magia parecida.


[Existe.]


Mi inexistente corazón lloró al escuchar la afirmación de Helpy.


«¿En qué categoría entra?»


[Magia neutra.]


«Magia neutra, ¿eh? Ya que tengo poder mágico, ¿se supone que la podría aprender con esfuerzo?»


[Puede ser aprendida con la práctica.]


«Gracias dios... Pero sigo odiándote si fuiste tú quien me dejaste en este estado. Entonces, Helpy, ¿cómo funciona telequinesis?»


[Con maná.]


«No, no me refería a eso. Preguntaba cómo hago para aprenderla.»


[Practicando.]


«A la mierda… Tendré que esforzarme más en subirte de nivel… Empiezo a dudar seriamente de lo que se considera información general básica y lo que no.»


Que funcionaba con maná quedó más que claro. En realidad era bastante obvio... El problema era cómo usar el maná.


«Vamos a hacer otro intento... Helpy, ¿cómo uso maná?»


[Usando habilidades.]


«Vete a ca… Sí, tendré que subirte de nivel con prioridad máxima.»


Hora de usar la cabeza un rato. No podía ser tan difícil. Después de todo parecía ser un concepto básico de este mundo, de lo contrario Helpy no lo sabría… o no se dignaría en responder... Según mis escasos conocimientos sobre magia, puramente sacados de juegos y películas, era algo que requería usar una imagen mental. Probablemente sería parecido en este caso.


«Concentración, concentración, concentración… Siente el maná en tu interior...»


Imaginé respirar profundamente una y otra vez. Puesto que no tenía ojos no podía cerrarlos para poder concentrarme mejor, pero hice lo posible por imitar la sensación. Olvidé todo a mí alrededor y me sumergí completamente en mi interior. Mis sentidos estaban centrados en mí y solo en mí.


No me cansaba ni necesitaba dormir, una bendición en ese momento, ya que podría seguir sin parar hasta conseguir algún resultado. Me tiré en ese estado por lo menos seis o siete horas. A partir de la octava empecé a sentir algo. En el interior de mi cuerpo podía notar la sangre circulando, pero claro, yo no tenía sangre. Eso que notaba circulando dentro de mí tenía que ser el maná.


«¡Yeah! ¡Sabía que no podía ser tan difícil! Aunque si aún fuera humano probablemente haría horas que me habría dormido sin darme cuenta… De todos modos, esto no termina aquí.»


Notar el maná no era suficiente. Para poder conseguir algún resultado real necesitaba ser capaz manipularlo a voluntad, como si de respirar se tratara. Por lo tanto, volví a sumirme ese estado de concentración. Tras otra hora gritando mentalmente: “muévete, muévete, muévete”, por fin encontré la manera de hacerlo fluir por donde yo quería...


[Habilidad adquirida: Control de maná (Lvl - 1).]


… y una habilidad salvaje apareció de la nada.


«Con que así se aprendía una habilidad, ¿eh? Bastante simple después de todo.»


Una vez apareció ese mensaje manipular mi maná se volvió bastante fácil. Simplemente necesitaba pensarlo y se movía con la misma simplicidad con la que uno mueve los dedos de su mano hábil. La diferencia entre antes y después de aprender la habilidad era abismal, casi parecía que lo hubiera sabido hacer desde el primer momento. Estaba bastante emocionado por ello, pero mientras jugaba con el maná recordé qué día era. Si el tiempo se correspondía con el de mi mundo anterior…


«Hoy he cumplido los treinta… parece que acabo de dar el primer paso para volverme un mago… Estoy deprimido… No sé qué es peor, ser una piedra, o esto… Vale, las dos cosas juntas.»


Lo siguiente era aprender la telequinesis. Seguí concentrándome en mi cuerpo, con la diferencia de que ahora quería usar el maná a modo de mano para que me levantara. Así pasé unas cuantas horas más… hasta que empecé a notar que temblaba.


«¡Funciona! ¡Funciona! Vamos, vamos, ¡no pares!»


Seguí esforzándome al máximo y finalmente di una vuelta entera sobre el suelo.


[Habilidad adquirida: Rodar (Lvl - 1).]

[Título adquirido: Piedra errante (Lvl - 1).]


No aprendí telequinesis tal y como quería, en compensación apareció algo que por el momento me satisfacía gratamente... Bueno, mejor simplemente digamos que me conformaba con ello mientras me permitiera moverme… También un extraño y algo dudoso título apareció.


«Helpy, ¿sabes qué es ese título?»


[Un título por ser una piedra que se movió sola.]


«Ahora soy una piedra pensante y errante… En serio, ¿es una broma? Quiero ver al que inventó estos títulos, ¡suenan hechos especialmente para reírse de mí!»


Mientras renegaba vi una cosa azul acercándose a lo lejos. Una especie de fango, o moco, se arrastraba lentamente por encima del campo. No era muy grande, probablemente sería como máximo cuatro o cinco veces mi tamaño.


«Eso es…»


[Limo azul.]


«Ya, bueno, me lo imaginaba. Un maldito limo... Nada de lo que preocuparme... supongo. Total, hasta los dragones me ignoran.»


Al principio no le presté atención, pero poco a poco se acercaba más. En realidad parecía estar viniendo directamente hacia mí. Todo apuntaba a que yo estaba en medio de su ruta.


«Esto no es bueno. Será mejor que me aparte un poco. Salvado por la campana… aprendí esta habilidad justo a tiempo, de lo contrario estaría en una mala situación.»


Usé Rodar para alejarme perpendicularmente de la ruta del limo, aunque no llegué muy lejos. A las diez vueltas dejé de moverme y una sensación de vació me asaltó.


«¿Qué está…? ¡Estado!»


Estado:

Nombre: Pedro Grava 

Especie: Piedra Común | Raza: — 

PS: 5/5 | PM: 0/20

Estadísticas:

Vitalidad: 0 | Fuerza: 0 | Agilidad: 0 

Intelecto: 10 | Poder mágico: 20

Habilidades:

  • Control de maná: 1

  • Rodar: 1

Habilidades especiales:

  • Ayuda: 1

Títulos:

  • Piedra errante: 1

  • Piedra pensante

_________________________


El maná se redujo a 0. Eso indicaba que cada maldita vuelta de Rodar consumió dos de maná.


«¿No es eso demasiado? Bueno, por lo menos salí de la ruta del limo. Salí de su ruta… ¡¿Qué?!»


El maldito moco fangoso se desvió de su trayectoria y volvió a arrastrarse directamente hacia mí. Se encontraba a menos de diez metros y no tardaría en llegar justo al lugar en el que me encontraba.


«Un momento, un momento, ¡un momento! ¡Para, para, para! ¡No vengaaaaaaas!»


Con mi maná agotado no tenía manera de alejarme de nuevo, y esa cosa no parecía tener intención alguna de parar o apartarse. Sin duda yo era su objetivo.


«¡¿Estos mocos comen piedras?! ¡Imposible! Mierda, no quiero que se acerque, es asqueroso. Para, para, nooooooooooo. No quiero, no quiero, nooooooo. ¡Ayudaaaaaaaaaaaaaaaaaa!»


[Formula una pregunta.]


«¡Tú no!»


Sin posibilidad alguna de hacer nada para defenderme, pasó por encima de mí… y me tragó... 

 

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