Modo claro/ Modo oscuro

jueves, 18 de junio de 2020

Reencarné como una piedra - v1 - capítulo 27


27 - Batalla desesperada

«Helpy, ¿el limo negro sigue teniendo las características base de un limo?»

[Sigue teniendo las características base de un limo.]

Asentí en mi mente. Se trataba de un monstruo terriblemente fuerte. Aún así, seguía siendo un limo. Quizás podía robar habilidades y magia de sus presas, pero en el fondo seguía siendo un simple limo... Eso me daba muchas ideas para combatirlo.

—Vamos a ello…

Probablemente no le habíamos hecho nada de daño y su maná ya debía estar recuperándose rápidamente. Si no nos dábamos prisa en actuar volvería a ser peligroso. No teníamos tiempo que desperdiciar. Aún así, reducir sus PS a 0 me parecía imposible, al menos mientras nos siguiera atacando a distancia con sus tentáculos y no nos dejara contraatacar. Por suerte se me ocurrió una idea que nos podía dar una oportunidad.

Limy, ignora de donde venga mi voz por completo.

¿Maestro?

—Ey, tú, moco negro mal sonado.

—Sí, a ti te hablo. 

—Trozo de fango podrido.

—Alquitrán en mal estado.

—Gelatina deforme.

—Diarrea con mal aspecto.

—Regaliz derretido.

Mi voz sonaba desde lados distintos, dejando salir insulto tras insulto. El limo parecía estar volviéndose loco. Empezó a atacar hacia todos lados por los que sonaba mi voz. ¿Por qué eso? ¿Le molestaba que lo insultara? Por supuesto que no… Los limos no pueden escuchar… A lo que estaba atacando era a los restos de maná del susurro de viento. Para él era como si un montón de enemigos estuvieran apareciendo por todos lados. ¿Por qué soltaba insultos en lugar de simplemente dejar sonidos aleatorios? ¡Porque me motivaba más insultarle! ¿Algún problema? ¡No pensaba piropear a un cagarro negro líquido que intentaba matarme!

—Limy, ¿eres capaz de notar su núcleo?

—Es difícil. Su cuerpo es muy grande y se mueve mucho.

—Ya veo… ¡Aeldrya, aprovechad ahora que no sabe a lo que le pega, congélalo! ¡Vamos a hacerlo tan pequeño como podamos a la vez que le impedimos juntar de nuevo su cuerpo! ¡Limy, tú no pares de buscar el núcleo! ¡Cuando lo encuentres ya no lo pierdas!

Si mi intuición no fallaba, quedaría solidificado y se podría romper a pedazos sin que pudiera regenerarse hasta que sus restos se descongelaran.

Aeldrya respondió al momento. Una flecha de hielo voló directa hacia el limo. Al impactar, el hielo se extendió por la parte que golpeó de su cuerpo. Yo no esperé. Disparé el Cañón de maná hacia ese mismo lugar con tanta potencia como pude concentrar. El hielo se rompió en mil pedazos tras el impacto y trozos de limo sólidos volaron por el lugar. Apenas reducimos 1/10 parte del limo, aún así era una cantidad considerable de su cuerpo. Cuanto más pequeño se volviera mejor para nosotros.

—¡Necesitamos encontrar el núcleo antes de que pueda juntarse otra vez! ¡No pares!

Tres flechas más impactaron; tres partes más volaron. Si seguíamos así reduciríamos pronto su tamaño a algo más o menos manejable. No obstante, antes de poderle dar un solo disparo más el limo se centró en ella. Usando esa habilidad para correr, se apartó del ataque justo a tiempo. Su cara no mostraba preocupación o duda alguna, seguía igual de inexpresiva que la de Limy. 

«Mierda, al final la encontró a pesar de despistarlo con el Susurro de viento. Bueno, teniendo en cuenta que no para de atacarle era de esperar.»

Otro ataque se precipitó hacia ella, pero simplemente lanzó una flecha de hielo y casi al  mismo tiempo una flecha que parecía estar hecha de maná puro. El tentáculo se congeló y se rompió en pedazos casi al mismo tiempo. La elfa siquiera tuvo que moverse del sitio para quedarse a una distancia segura.

«Pues es más confiable de lo que me esperaba… Ahora que ya no parece estar afectada por esa magia de terror parece ser una persona completamente distinta… supongo que la juzgué mal. Al menos en la parte relacionada con el combate… No dudo lo más mínimo que es una pervertida.»

Sin embargo no pudo relajarse lo más mínimo. Podría haber eliminado un tentáculo, pero cinco más le seguían de cerca.

—¡No puedo seguir atacando así! —gritó Aeldrya al ver los tentáculos dispararse hacia ella justo después de ese.

Habíamos reducido aproximadamente 4/10 partes del limo… pero no era suficiente. Además,  ninguna de las magias que conocía le hacían nada.

«Ojalá hubiera aprendido magia de hielo.»

Lo único que podía hacer era intentar ayudarla rompiendo los tentáculos que la atacaban con balas de aire o cañones de maná. Y no eran solo tentáculos, el limo ya había recuperado suficiente maná para empezar a usar habilidades de nuevo. Levantó otro tentáculo y apuntó a Aeldrya con él. Otra esfera negra distinta de la anterior se formó delante.

—¡No te dejaré!

Antes de que él pudiera lanzar su ataque, yo disparé el cañón de maná. La bola de maná impactó en la esfera, desviando su trayectoria y evitando así que le diera a Aeldrya.

—Maestro, encontré el núcleo.

—¡Perfecto!

Justo entonces, mientras estaba despistado con la noticia de Limy, un tentáculo voló hacia mí. No lo pude evitar. Me dio de lleno y fui tragado por esa masa negra al momento. En ese mismo instante la luz desapareció a mi alrededor.

—¡Maestro!

El tentáculo volvió al cuerpo del limo conmigo dentro. Me quedé flotando en medio de esa gelatina prácticamente opaca. No sabía dónde me encontraba. Además había otro problema…


Mis PS bajaban a toda velocidad. El ácido de este limo era capaz de derretirme. Aún así calmé mi menté, disponiéndome a contraatacar.

«Bien… así que me has tragado, ¿eh? Pues veamos quién puede más, tú comiéndome a mí... ¡o yo a ti!»

Activé Parasitar a toda potencia. La bajada de PS se estabilizó en 73. Aún así seguía bajando lentamente. El limo tenía ventaja.

«Tengo que escapar ahora mismo… No, esta es una oportunidad que no tendré de nuevo.»

Limy, ¿puedes notarme a mí y al núcleo a la vez?

Puedo.

¡Guíame hasta él!

Entendido.

Moverme dentro del limo mientras mantenía Parasitar en marcha era complicado. No era capaz de usar dos magias a la vez. Por suerte, Parasitar era una habilidad, no una magia. Aún así, no era fácil de hacer.

Un poco hacia adelante de donde estas.

Me disparé hacia adelante.

Pasaste de largo.

Me disparé hacia atrás.

Más.

Volví a dispararme.

El núcleo se movió un poco a la derecha.

Me disparé una vez más…


Si usar una habilidad constantemente al mismo tiempo que magia era de por sí complicado, agregar la presión mental de estar muriendo no ayudaba.

[Habilidad especial Parasitar ha subido al nivel 4.]

«Una ayuda siempre viene bien.»

Pero no era suficiente. Mis PS seguían bajando igualmente.

Justo delante.

Reaccioné al momento. Puse toda mi atención en la vista y recorrí todo a mi alrededor. Tras un par de vistazos, por fin noté la casi imposible de ver bola transparente. Una pequeña esfera un poco más grande que un pulgar.

«¡Ahora, muere!»

Cargué maná y disparé… para no hacerle absolutamente nada.

«¿Es una broma?»

Disparé y disparé, pero la maldita esfera no sufría ni un solo rasguño. No parecía ser capaz de hacerle daño al núcleo… Abatido y completamente fuera de esperanzas, me dispuse a salir del limo antes de morir.

«No… no hay nada más que podamos hacer. A menos…»

—¡Limyyyyyyyyyyyyyyyyy! ¡Escucha mi voz! ¡No, nota mi voz! ¡Dónde estaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas!

¡Justo detrás!

Me giré. Lo apostaría a un todo o nada. Si esto fallaba era el fin. Cargué todo el maná que tenía en el Cañón de maná más fuerte que había cargado nunca y disparé hacia adelante. El disparo se abrió paso a través del limo, dejando atrás un enorme agujero. En el fondo de este estábamos yo y, detrás mío, el núcleo.

—¡Todo depende de ti! ¡Sácame junto al núcleo!

—Entendido.

Los tentáculos de Limy se dispararon hacia mí. Se alargaron a toda velocidad, entrando en el agujero que había hecho. Se adentraron un poco en la masa de moco hasta rodear al núcleo a la vez que a mí. Rápidamente empezaron a ser disueltos, pero no lo suficiente rápido como para impedir que Limy tirara con todas sus fuerzas. Tanto el núcleo como yo salimos disparados de dentro del limo. Solo hubo un problema, el núcleo seguía atado al limo por un largo rastro de moco.

—¡No lo sueltes por nada! ¡Aún está pegado al limo!

A mitad camino entre el limo y Limy nos paramos. Tal acción lo había tomado por sorpresa, pero no parecía dispuesto a dejarse arrancar el núcleo tan fácilmente. Rápidamente la situación se invirtió, siendo Limy quien empezó a ser arrastrada por él limo negro, que tiraba de nuevo hacia adentro su núcleo. La fuerza de Limy no se podía comparar con la del limo y yo estaba completamente seco de maná. No podía hacer nada… A excepción de...

—¡¡Maldita pervertida, haz algo!! —grité, usando mis últimos puntos de maná para sonar tan fuerte como pude.

—No hacía falta que me lo dijeras… ¡Y menos así!

Una flecha de hielo alcanzó al fino tentáculo que estaba tirando de nosotros. Se congeló al momento y luego se rompió con la propia fuerza del limo negro. A causa de perder la fuerza contraria, Limy cayó hacia atrás, yo salí volando por encima suyo, y el limo negro empezó a convulsionar violentamente hasta que empezó a derretirse en un charco de moco negro.

—¿Está muerto? —preguntó Aeldrya.

«No, pero como si lo estuviera.»

Limy recogió sus tentáculos. El núcleo quedó en su mano. Yo me quedé tirado en el suelo, completamente incapaz de hacer absolutamente nada. Al ver que ni respondía, Aeldrya se me acercó y me sujetó.

—Te estoy hablando, piedra. ¿Estás escuchando? ¡No me ignores! ¡Di algo de una vez o te…! ¡Aaaaaaa!

Tras sufrir algo parecido a un calambre me lanzó de nuevo al suelo.

—¡¿Qué ha sido eso?!

—¿No querías que hablase? He tomado prestado un poco de tu maná para ello. Como sea… no está muerto, pero ha perdido su núcleo. Ahora mismo es una especie de zombi sin consciencia. No es peligroso… Creo...

—Entonces, ¿qué hacemos con él?

—Quemémoslo. Mejor no dejar rastro suyo.

Así lo hicimos. Quemamos todo rastro que quedaba del limo en la zona. Buscamos hasta el último resto de baba que pudimos encontrar y volvimos a reunirnos los tres.

—Nunca me imaginé enfrentar a un limo negro y salir victoriosa… Ha sido horrible —dijo Aeldrya mientras se dejaba caer al suelo.

—Terminamos así por tu idea de venir aquí a buscar limos de alto grado. No hay duda de que encontramos uno de alto grado como querías...

—Vinimos buscando limos de grado 3 no uno de 5. Aunque uno de grado 5 nos hace salir ganando. Limy, ¿tienes el núcleo?

—Sí —respondió Limy, mostrando el núcleo en su mano.

—Dámelo, yo lo guardaré.

—… No.

Limy cerró la mano con fuerza y se apartó de Aeldrya.

—¿Por qué no?

—Al final no peleé… Sigo siendo una inútil...

Aeldrya y yo nos miramos… Aunque probablemente ella no notó que yo lo hacía. Suspiré de nuevo. Esta niña no aprendía.

—Si no fuera por ti no hubiéramos ganado. Tu arrancaste el núcleo… Aunque fue esta pervertida quien terminó llevándose la muerte.

—Yo no me llevé la muerte… ¿No fuiste tú?

—Yo no… Limy tampoco.

Aeldrya y yo volvimos a mirarnos durante un momento. Luego centramos la mirada en la mano de Limy. Nuestros rostros palidecieron a la vez… El de Aeldrya al menos… Yo no tengo rostro.

—¡Suelta ese núcleo ahora mismo!

Enseguida saltó hacia Limy para quitarle el núcleo de la mano, pero antes de que lo consiguiera, levantó su mano y se lo metió en la boca. Con el sonido característico al engullir, el núcleo terminó dentro suyo.

—¡¿Qué has hecho?! —gritamos Aeldrya y yo a la vez.

—Maestro… Lo siento.

Tiempo de decir eso empezó a convulsionar con fuerza. No tardó ni dos segundos en desplomarse en el suelo. La pequeña niña de pelo azul empezó a deshacerse del mismo modo que lo había hecho el limo negro… Un charco de moco azul apareció en su lugar.

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